Exhiben recuerdos de un grupo de judíos checoslovacos
Una mirada al pasado, a través de los objetos infantiles que llevaron consigo a Inglaterra un grupo de jóvenes judíos checoslovacos huyendo de la persecución nazi, es el motivo de una exposición memorial inaugurada en Praga, y que tiene por marco el 70 aniversario de la II Guerra Mundial.
La muestra titulada "Für das Kind" ("Para el niño"), realizada por las artistas británicas Rossie Potter y Patricia Ayre, permanecerá abierta hasta el 31 de diciembre en el Museo Nacional de Praga.
"El objetivo del proyecto era representar este trozo de historia, en general poco conocido, a las nuevas audiencias. Y conectar directamente a los niños actuales con su propia historia, a través de objetos físicos que hablan de testimonio y supervivencia, y que aparecen insertados en el trabajo", declaró Potter.
Las 23 vitrinas de la muestra, cada una dedicada a un niño distinto, contienen una composición con objetos de gran valor afectivo recibidos de sus padres antes de la fatídica separación.
Y es que en la mayoría de los casos, los familiares que se quedaron en Checoslovaquia perecieron tiempo después en los campos de concentración de Dachau, Buchenwald y Sachsenhaussen.
Cuentos de "Heidi", retratos familiares, libros de oraciones, botas para patinaje sobre hielo, muñecos de guiñol, juguetes, vestidos de muñeca y otros enseres infantiles integran el elenco de objetos, que acompañaron a los jóvenes en su trágico periplo.
"A cada niño le estaba permitido sólo una maleta y el contenido estaba estrictamente controlado, impidiendo llevar joyas u objetos de valor, dinero, instrumentos musicales o cámaras", explicó la artífice de la muestra.
"A menudo los trenes salían a mitad de la noche, por lo que no había tiempo para preparaciones o despedidas largas. Los padres trataban de concentrar toda una vida de cariño y consejos en unos breves momentos, y en muchos casos los objetos representan el último contacto físico que el niño tuvo con uno de sus progenitores", añadió Potter.
Dichos recuerdos cobran actualidad al quedar penetrados por otra mirada al presente, a través de las anotaciones a mano de esos mismos supervivientes de los campos de exterminio.
Las frases, sacadas de los diarios y correspondencia, aparecen impresas en la misma caligrafía original de sus autores, sobre las fotos de aquellos objetos que se llevaron de Praga en 1939.
Con la exposición se salda además una deuda de gratitud hacia Sir Nicholas Winton (foto), un altruista corredor de bolsa británico, que, mediante complicadas operaciones logísticas, logró evacuar y salvar la vida de 669 niños judíos de Checoslovaquia.
El hoy centenario Winton pudo acudir recientemente en la Liverpool Station de Londres a recibir a los pasajeros de un tren a vapor, que hizo el mismo recorrido que los convoyes de salvación.
Winton consiguió fletar ocho trenes desde Praga entre el 14 de marzo y el 2 de agosto de 1939 para salvar a los niños judíos.
El último tren, previsto para abandonar la Estación Central de la capital checa el 3 de septiembre, no pudo iniciar su recorrido por el estallido de la contienda europea y casi todos los niños que iban a viajar en él, murieron asesinados en los campos de concentración.
El Reino Unido acogió a cerca de 10.000 menores judíos, de la Alemania nazi y de territorios ocupados o anexionados de Austria, Checoslovaquia y Polonia.
EFE
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